lunes, 28 de septiembre de 2009

Gabón

He escrito ya dos veces esta entrada y se me han borrado misteriosamente. Será algún duende que me ronda por estas nuevas tierras tropicales. Esta entrada se parece más a las múltiples versiones de la realidad de Borges que una redacción de mi diario de memoria.
En fin, decía antes, que acabo de llegar a Gabón, llevo unas horas y todo es nuevo aquí aunque con muchos detalles que me suenan y son familiares. El ambiente me recuerda a otras ciudades tropicales, como Port Louis de Mauricio, algunos lugares de la Réunion o Zinguinchor en Senegal. La vegatación me trae un olor húmedo que casi había olvidado.
Mi memoria también viaja conmigo y hasta ahora ya ha recorrido tres países. En cada mudanza las urgencias prácticas me impiden dedicarle tiempo, pero también de concetrarme. Cada cambio supone un esfuerzo de readptación que demanda sobre todo tiempo. Sin embargo ahora la urgencia es la memoria, tengo que acabarla en un plazo de unas semanas, pongamos unas cinco. Así que no me queda más remedio que organizarme disciplinariamente y trabjar el máximo posible para poder salir airosamente de este proceso. Es necesario poner límites al análisis, a evitar la multiplicación de significados que suele comportar una investigación así que podría parecer simple y rutinaria, pero que se expande como si tuviera alma (y cuerpo) propio. Pero, ¿cómo poner un límite decente?, ¿cómo poner fin?

1 comentario:

jaume batlle dijo...

¡Ánimo Minerva, que tienes la finalización de la memoria a tocar! Seguro que estas cinco semanas que te propones como periodo de trabajo te serán suficientes para desarrollar un trabajo que, al menos yo, tengo muchas ganas de leer.

Un saludo desde Polonia
Jaume